Beneficios que proporciona el ayuno

El ayuno, bien hecho, es verdaderamente efectivo para dar un buen repaso al cuerpo. El cuerpo, guiado por su instinto somático, siempre canaliza su energía hacia las zonas más necesitadas. Yo no sé como funcionan mi corazón o mis pulmones, pero sé que lo hacen en la mejores condiciones posibles. De la misma manera se cura el cuerpo sin que ni el mejor de los médicos sepa apenas cómo lo hace. El "médico interior" guía todos los procesos necesarios para conseguirlo.

El cuerpo humano es algo tan complejo que lo mejor es intervenir lo menos posible. Sobre todo si no respetamos su capacidad curativa. El cuerpo busca su equilibrio, o la homeostasis interna de la que hablan los estudios de la fisiología corporal. Y lo hace guiado por la propia inteligencia somática o instinto de conservación. El ayuno es uno de los mejores medios para buscar la armonía interna perdida en la enfermedad.

Durante el ayuno el cuerpo no pierde nada que le sea vital. Sólo pierde lo que no es útil, grasa excesiva, incluida el colesterol depositado en los vasos sanguíneos, y sustancias tóxicas y de desecho acumuladas en el cuerpo durante años. Los órganos vitales quedan intactos. Cuando una persona muere por inanición, que no por ayuno, tras más allá de 40 ó 50 días, los órganos vitales como el corazón y cerebro permanecen sin alteraciones, sólo pierden un 3% de su peso, y por supuesto ni un solo gramo de sustancias vitales.

En general, todas las enfermedades mejoran tras el ayuno. Aunque en realidad el ayuno no cura nada. Es el cuerpo el que se cura en el proceso del ayuno. El organismo vivo tiene el poder de auto-curación como parte del poder de curación y regeneración de toda la naturaleza.

Es importante darse cuenta de que un ayuno no hace nada. Al poder curativo ya presente y activo dentro del organismo se le presenta la mejor oportunidad para realizar su trabajo cuando la persona ayuna. Al no ingerir comida canaliza su energía hacia la eliminación y regeneración celular, pudiendo recuperar el tiempo atrasado en la eliminación, consecuencia de la sobrecarga de los órganos de desintoxicación.