Incluiremos aquí las variedades más frecuentes del ágata: ágata musgosa, ágata dendrítica, ágata fuego y la carneola.

Ágata musgosa

Ágata con inclusiones de hornblenda verde columnar, que se asemeja al musgo. Llamada piedra del hombre del campo, protege de los accidentes propios de ese entorno.

Amuleto utilizado desde la antigüedad contra las picaduras de escorpiones, arañas, etc. Abre los chakras del bazo y basal.

Ágata dendrítica

Tiene inclusiones de hierro y manganeso, que le dan un aspecto de ramas y árboles con apariencia de fósiles, pero que son minerales. Amuleto de artistas y creadores.

Abre y fortalece los chakras de la cabeza y del entrecejo.

Ágata fuego Roja o marrón. Atrae la buena suerte en asuntos relacionados con el amor y las pasiones. De gran poder vibratorio, equilibra y favorece la introspección. Recomendable para meditar.

Abre los chakras de la garganta, bazo y plexo solar.

Carneola

Varía entre el rojo y miel. Es adecuada para el tratamiento de la depresión y del decaimiento, para personas que de alguna forma necesitan que se les infunda actividad. Eficaz en el tratamiento de la diabetes, de los transtornos cardíacos y del nerviosismo. Aleja las fuerzas negativas. Confiere paz y equilibrio espiritual.

Es una piedra con un gran valor energético, indicada para enfermedades del hígado, vesícula y corazón. Da buenos resultados en el tratamiento de la artrosis. Favorece la concentración y la ampliación de la capacidad mental. Abre y fortalece los chakras del corazón y del bazo.