El ajo negro es una gran tendencia gastronómica hoy en día. Ello se debe, no solo a su particular color o sabor, sino a los beneficios que aporta a la salud. El ajo negro ayuda a prevenir los efectos del envejecimiento celular por lo que previene las enfermedades crónicas y degenerativas.
Yo lo fui, allá por los lejanos años de 1977-1979. Junto con un buen amigo y futuro socio (Jordi), durante esos años trabajamos ambos en una tienda de electrónica de una pequeña calle de Barcelona en el distrito de Camp de l'arpa. Estábamos estudiando ingeniería de telecomunicación, pero aún estábamos en los primeros cursos, por lo que la parte práctica de la electrónica aún nos quedaba lejos.
Hoy quiero traeros esta receta de un magnífico caldo cuyas propiedades curativas y nutritivas son excepcionales.
Soy de los que piensa que es conveniente cenar ligero, pero con algo nutritivo, a partir de una cierta edad, por muchas razones.
La primera, porque según transcurren los años, el metabolismo cambia y es conveniente no irse a la cama tras una cena copiosa, más si el estilo actual de vida nos lleva más a relajarnos y a no movernos por la noche. Si además el tiempo transcurrido entre la cena y la hora de acostarse no es suficiente, la digestión puede hacerse pesada.